El pasado jueves tuvo lugar el primer plenario del Pacto para la Moda Circular del Textil en Cataluña. Una iniciativa que se impulsa desde los Departamentos de Empresa y Conocimiento y de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat y en la cual interviene como miembro de la Comisión Técnica el director del Consorcio de Residuos del Maresme, Carles Salesa.

Con el objetivo de abordar la problemática del residuo textil en Cataluña, el Pacto quiere dar respuesta a los retos de desarrollo sostenible de manera coordinada entre todos los agentes de la cadena de valor del sector Ahora, después de dos años de trabajo, el Pacto para la Moda Circular del Textil en Cataluña se ha materializado en forma de grupo de trabajo. El horizonte está claro: contribuir a cambiar el paradigma del sector textil y avanzar hacia una economía circular voluntaria, compartida y colaborativa, estableciendo objetivos comunes y generando instrumentos que hagan posible esta transformación.

Hay que recordar que la problemática del residuo textil es global. Solo en los últimos quince años se ha duplicado la venta de piezas textiles, las cuales tienen una vida útil cada vez más corta. Desgraciadamente, la reutilización y el reciclaje no avanzan al mismo ritmo. Especialmente, porque los productos de este sector no están diseñados con este fin. Solo en Cataluña cada persona consume entre 21,5 y 26 kg de textiles en el año y tan solo el 12% de los residuos textiles se recoge selectivamente. Un porcentaje muy alejado del de las otras fracciones de residuos. Esto implica que la gran mayoría de los residuos textiles provenientes del consumo a los hogares, un total de 140.000 t/año, se valoriza energéticamente o se tira a un vertedero.

Entre otros, el Pacto se ha fijado disminuir significativamente la generación del residuo textil e incrementar el porcentaje de recogida selectiva y de valorización material, tanto de preparación para la reutilización como de reciclaje. Asimismo, en el ámbito de la fabricación se marca como objetivos incrementar la durabilidad de los productos, aumentar el porcentaje de material reciclado incorporado a nuevos productos, reducir y eliminar el uso de materiales nocivos, hacer crecer la reutilización con la implementación de nuevos modelos de negocio o desplegar estrategias de producción más neta y eficientes