marzo 5, 2021

El Centro de Residuos del Maresme, uno de los principales generadores de energías renovables de Cataluña

by MaresmeCircular in El consorcio

El Centro de Residuos del Maresme, produce cerca de 94.000 megawatts hora de energía eléctrica cada año, de los cuales más de dos terceras partes son distribuidos en la red eléctrica, suministrando electricidad a unos 30.000 hogares.

Más allá de promover a conciencia la regla de las 3 erres: Reducir, Reutilizar y Reciclar, desde el Consorcio de Residuos del Maresme se trabaja para dar una respuesta tangible a las necesidades que se derivan de avanzar hacia una sociedad más sostenible. Desde el Consorcio, se gestiona el Centro de Residuos del Maresme, el cual su tarea radica en la recuperación de materiales para que puedan volver al ciclo productivo, a la vez que, al mismo tiempo, tiene un rol muy destacado en cuanto a la producción de energía eléctrica y térmica. Esto último ha llevado el Centro a situarse como uno de los principales generadores de energías renovables en Cataluña y un referente por la diversidad de fuentes con las cuales genera energía.

Hoy, con motivo del Día Mundial de la Eficiencia Energética, es interesante repasar algunos de los datos más relevantes sobre la energía que esta instalación del Maresme produce a partir de sus tres fuentes: la planta de valorización energética, el proceso de tratamiento biológico de digestión anaerobia para la generación de biogás y la cubierta fotovoltaica.

La planta de valorización energética, en marcha desde el año 1994, constituye el estadio final del residuo, el lugar donde acaba en caso de no haberse podido reciclar, recuperar o (todavía mejor) prevenir. Se trata de un proceso que cumple escrupulosamente con las directrices más estrictas sobre las emisiones reguladas por el RD 815/2013 de la Directiva de emisiones industriales. Desde el Centro, se llegan a producir en el año cerca de 94.000 megawatts hora de energía eléctrica, de los cuales más de dos terceras partes son distribuidos en la red eléctrica, suministrando electricidad a unos 30.000 hogares, mientras la parte restante se destina al autoconsumo.

En el Centro de Residuos del Maresme también se produce biogás, un gas combustible que se crea a partir de la biodegradación de la materia orgánica mediante el tratamiento biológico de digestión anaerobia. Este último proceso, que se puso en marcha en 2013, produjo 600 megawatts hora en 2020 que se enviaron en la red eléctrica para el consumo externo.

Más allá, el Centro también genera energía solar a partir de una cubierta fotovoltaica con más de 1.700 placas: la instalación de paneles solares más grande de la comarca. Gracias a esta, que funciona desde el año 2012, se consigue producir una cantidad importante de energía cada año que es destinada en su totalidad en la red eléctrica para el consumo externo. La cifra de megawatts hora generados a partir de la instalación fotovoltaica durante el 2020 fue de 244.

Estas fuentes de energía renovable consiguen que, desde estas instalaciones del Maresme, se contribuya a hacer frente a la crisis de emergencia climática, evitando la utilización de los combustibles fósiles y reduciendo, así, el efecto invernadero.

Centre de Residus del Maresme

El Tub Verd, el district heating and cooling de Mataró

Desde el año 2013, el Centro de Residuos del Maresme cede el uso de energía térmica de una parte del vapor que se produce a partir de la combustión del proceso de la planta de valorización energética y del calor generado en los motores de cogeneración del proceso de la digestión anaerobia al Tub Verd. Una red subterránea municipal de calor y de frío que alcanza en muchos edificios públicos de la ciudad, como por ejemplo el Hospital de Mataró, el TecnoCampus, varias equipaciones deportivas o espacios educativos y formativos, entre otros.

Una aportación que, desde el Centro, se puso en marcha ahora hace ocho años y que, desde entonces, ha incrementado hasta cinco veces la cantidad de energía térmica cedida. Gracias a esta aportación al Tub Verd, los eificios públicos pueden prescindir de los sistemas de climatización basados en los combustibles fósiles, contribuyendo, una vez más, a la reducción de emisiones de CO₂ y a la reducción de la huella ecológica.

.